Hoy traigo una imagen de una de esas especies de insectos que resultan curiosos precisamente por aparentar ser otra especie diferente. Se trata de Hemaris fuciformis, una mariposa más comúnmente conocida como "esfinge abejorro". Lo de esfinge, porque pertenece a la familia de los esfíngidos (Sphingidae); lo de abejorro —como os podéis imaginar—, por el disfraz que lleva.
Lo de abejorro es fingido
Lo de abejorro es fingido
Como ya hemos hablado antes en el blog de este tipo de estrategias adaptativas carnavalescas, intentaré ahorrarme ahora parte de las explicaciones. Para quien quiera conocer los conceptos generales —acompañados de algunos ejemplos— en lo que se refiere a aposematismo, mimetismo, cripsis, etc, le recomiendo que se pase por esta entrada y también por esta otra. En ellas hablábamos de dos tipos de mimetismo, el batesiano y el mülleriano. Pues resulta que este bichete que veis aquí presenta, no uno de ellos, sino ambos simultáneamente.
No sucede habitualmente el encontrarse con la coexistencia de estos dos fenómenos en una misma especie, por eso considero que este caso merece especial atención, e intentaré hacerme entender sin alargarme demasiado...
Para resumir, llamábamos mimetismo batesiano al fenómeno por el cual una especie muestra un conjunto determinado de caracteres que le hacen aparentar ser otra especie diferente —una especie peligrosa—, aprovechándose así de la ventajas que ello supone para su supervivencia por conseguir ahuyentar con su aspecto a posibles depredadores. En este caso está claro: esta inocente mariposilla aparenta ser un amenazante y aguijonado abejorro, consiguiendo así despreocuparse de ser engullida por un depredador hambriento (aves principalmente) mientras liba tranquilamente el néctar de estas flores de lavanda. Sin duda el mimetismo batesiano confiere a H. fuciformis innegables ventajas de supervivencia.
Luego estaba el mimetismo mülleriano, que consistía en la convergencia de una misma señal de advertencia de peligro (como el patrón de franjas de color horizontales en el abdomen de numerosos insectos) compartida por varias especies no necesariamente relacionadas entre sí (abejas y avispas de muy diversos grupos taxonómicos, a menudo alejados). En este tipo de mimetismo, todo aquel que muestra dicha señal de advertencia posee también un peligro del que advertir. Y ahí está la singularidad de este caso, porque resulta que Hemaris fuciformis no es tan inocente como podría pensarse y sí constituye cierto peligro para quien se atreva a engullirla, pues resulta un bocado desagradable al gusto; no posee nigún aguijón, ni veneno mortal, ni tan siquiera mínimamente tóxico, pero sí tiene un sabor repelente que haría que un depredador que ya la haya probado se lo pensara dos veces antes de decidir engullirla de nuevo. Se deduce entonces que nuestra mariposa en cuestión presenta, además del batesiano, también cierto grado de mimetismo mülleriano.
¿Acaso una sola de las estrategias no basta para lograr el fin de ahuyentar al depredador, cuando en otras especies se logra con mucha menor especialización?
¿Son ambas estrategias
complementarias en este caso de forma que proporcionan juntas
una ventaja significativa en la supervivencia de esta mariposa que no se logaría individualmente?
¿Es posible que ese sabor desagradable no lo sea en suficiente grado como para servir de repelente a la especie depredadora?
¿Podría ser que en otro tiempo esa cualidad confiriese una ventaja que en la actualidad no beneficia a H. fuciformis?
¿Cuál de los dos tipos de mimetismo con los que cuenta la esfinge abejorro surgió antes en su línea evolutiva?
Todo esto y mucho más es lo que me pasa por la cabeza cuando veo un bichillo de estos revoloteando de flor en flor... Al menos espero que contarlo aquí pueda servir, además de para quedarme a gusto sacando todas estas cavilaciones que me asedian, también para alimentar el interés de todo aquel que haya llegado hasta esta entrada atraído por este tipo de temas.
Y si además alguien se anima a participar y aportar algo al respecto de alguna de estas preguntas que dejo abiertas —o incluso a añadir alguna más, ya puestos— mejor que mejor.
Y si además alguien se anima a participar y aportar algo al respecto de alguna de estas preguntas que dejo abiertas —o incluso a añadir alguna más, ya puestos— mejor que mejor.
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